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Pollo frito con jengibre y soja

Pollo frito con jengibre y soja

La mezcla de sabores a los que estamos tan acostumbrados como el limón o el ajo con otros de corte más oriental como la soja y el jengibre le dan a este pollo frito con jengibre y soja un sabor que resulta delicioso. Además, gracias a la maicena se forma en el exterior una costra muy crujiente.

INGREDIENTES

PREPARACIÓN

INGREDIENTESINGREDIENTES

INGREDIENTESPREPARACIÓN

  1. En primer lugar, vamos a cortar el pollo en pedazos, es preferible que sea carne de la zona de los muslos o contramuslos —ya que quedará mucho más jugosa—, y lo ponemos en un cuenco
  2. Agregamos al cuenco el jengibre junto al ajo rallado, la salsa de soja, el zumo de limón y una pizca de sal, poca ya que la salsa de soja ya es salada. Lo dejamos macerando durante dos horas, aunque es preferible que esté toda la noche.
  3. En el momento de cocinar, escurrimos al pollo el líquido de macerar y lo cubrimos con la maicena, asegurándonos de que queda bien impregnada toda su superficie.
  4. A continuación, echamos en una sartén una buena cantidad de aceite de oliva suave y lo ponemos a calentar a fuego fuerte.
  5. Cuando esté muy caliente el aceite, echamos las piezas de pollo y en el momento en el que veamos que se empiezan a dorar un poco, bajamos la temperatura a fuego medio. Las hacemos hasta que tengan un bonito color dorado. Es preferible no echar muchos trozos de pollo a la vez porque si no la temperatura del aceite bajaría de golpe y no se conseguiría la costra crujiente.
  6. En cuanto estén, las sacamos y ponemos sobre papel de cocina para que este absorba el exceso de aceite. Servimos el pollo frito con jengibre y soja cuando aún está caliente.
  1. En primer lugar, vamos a cortar el pollo en pedazos, es preferible que sea carne de la zona de los muslos o contramuslos —ya que quedará mucho más jugosa—, y lo ponemos en un cuenco
  2. Agregamos al cuenco el jengibre junto al ajo rallado, la salsa de soja, el zumo de limón y una pizca de sal, poca ya que la salsa de soja ya es salada. Lo dejamos macerando durante dos horas, aunque es preferible que esté toda la noche.
  3. En el momento de cocinar, escurrimos al pollo el líquido de macerar y lo cubrimos con la maicena, asegurándonos de que queda bien impregnada toda su superficie.
  4. A continuación, echamos en una sartén una buena cantidad de aceite de oliva suave y lo ponemos a calentar a fuego fuerte.
  5. Cuando esté muy caliente el aceite, echamos las piezas de pollo y en el momento en el que veamos que se empiezan a dorar un poco, bajamos la temperatura a fuego medio. Las hacemos hasta que tengan un bonito color dorado. Es preferible no echar muchos trozos de pollo a la vez porque si no la temperatura del aceite bajaría de golpe y no se conseguiría la costra crujiente.
  6. En cuanto estén, las sacamos y ponemos sobre papel de cocina para que este absorba el exceso de aceite. Servimos el pollo frito con jengibre y soja cuando aún está caliente.

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