El aceite de oliva y el ajo son dos alimentos básicos de la Dieta Mediterránea. Sus excelentes propiedades hacen que su consumo sea indispensable en una dieta equilibrada.

Aceite de oliva y ajo, una combinación milenaria de bienestar

Los escritos más antiguos sobre el ajo datan de los sumerios (2500 a. C.), aunque su consumo se remonta a mucho antes, en ocasiones como especia y en otras muchas como remedio de salud. El propio Hipócrates, considerado padre de la medicina moderna, solía tratar muchas enfermedades con este producto, en ocasiones combinado con aceite de oliva, ya que las propiedades de ambos alimentos se complementan a la perfección, logrando grandes beneficios en el organismo.

La mayoría de los efectos que el ajo aporta a la salud se deben a uno de los compuestos de azufre que se forma cuando se pica, machaca o se mastica. Se trata de la alicina que, además, es la responsable del característico olor del ajo.

El consumo de ajo tiene efecto antiséptico, antiinflamatorio, bactericida, antiviral, antifúngico y antiparasitario intestinal pero, además, juega un importante papel en la prevención de la enfermedad cardiovascular, reduciendo los niveles de lípidos en sangre.

A ello hay que añadir los beneficios del aceite de oliva que, según han demostrado diferentes estudios, gracias a su alto contenido en ácidos grasos monoinsaturados (ácido oleico) y poliinsaturados (ácido linoleico), eleva los niveles de colesterol HDL (bueno), disminuye el colesterol LDL (colesterol malo), beneficia el control de la hipertensión arterial y reduce la aparición de trombosis y previene la aparición de diabetes.

El aceite de oliva facilita la absorción y bioactividad del ajo

Y, lo que es mejor, el uso del aceite de oliva virgen extra facilita la absorción y la bioactividad del ajo, según un estudio de la Universidad de Barcelona (UB). De ahí, los beneficios que supone elaborar sofritos en las comidas, ya que la combinación del aceite de oliva y del ajo, unido al tomate y la cebolla, hace que los compuestos bioactivos, como los carotenoides y los polifenoles que están presentes en las hortalizas y verduras del sofrito, se desplacen hacia el aceite de oliva, lo que facilita la absorción y la bioactividad de los mismos.

Una fórmula sencilla y saludable

La combinación de estos dos elementos, a través de nuestro Aceite de oliva con ajo, permite añadirlo a las tostadas y lograr, de manera sencilla, un desayuno saludable que nos permite afrontar cada jornada con energía.

Asimismo, se convierte en el aliño perfecto para ensaladas, platos de verduras y hortalizas al vapor y al horno y, por supuesto, pescados y carnes, a los que aporta un toque de sabor muy especial.