Bizcocho de mandarinas confitadas

Para el bizcocho:
Mandarinas confitadas
3 huevos
75 grs de azúcar
400 grs de harina de trigo
1 cucharadita de levadura en polvo
100 ml de zumo de mandarina
100 ml de leche
75 ml de licor de naranja
150 ml de aceite de oliva virgen extra Hojiblanca

Para las mandarinas confitadas:
3 mandarinas
100 grs de azúcar
100 ml de agua

1. Lo primero que hacemos es confitar las mandarinas. Ponemos un cazo al fuego con las mandarinas, el azúcar y el agua. Cuando comience a hervir, bajamos el fuego al mínimo y dejamos que se cocinen lentamente durante unas dos horas. Si queremos acortar el tiempo de cocción, podemos partir las mandarinas en rodajas reduciéndose el tiempo a algo menos de la mitad. Tras ese tiempo, ponemos las mandarinas junto con el almíbar en el vaso de la batidora y las trituramos. Reservamos.
2. A la hora de hacer el bizcocho, encendemos el horno a una temperatura de 200º y preparamos un molde que untamos con un poco de aceite de oliva y encima espolvoreamos harina, retirando el exceso dándole unos golpes bocabajo.
3. Para hacer la masa, ponemos los huevos junto con el azúcar en un cuenco y los batimos bien hasta que tengamos una mezcla espumosa.
4. Añadimos el aceite de oliva virgen extra Hojiblanca, el licor de naranja, el zumo de mandarina y la leche y lo mezclamos bien.
5. Tamizamos la harina junto con la levadura y se las agregamos poco a poco a la mezcla anterior, mientras no dejamos de batir con unas varillas, para que se integren perfectamente y obtengamos así una masa homogénea y sin grumos.
6. Por último, añadimos las mandarinas confitadas trituradas y mezclamos bien.
7. Vertemos la masa del bizcocho en el molde engrasado y lo llevamos al horno, al que hemos bajado la temperatura hasta los 180º, para que se cocine durante unos 30 o 40 minutos. Para asegurarnos completamente de que el bizcocho está perfecto es introducir en su interior un palillo y si este sale seco, es que ya estaría listo.
8. Sacamos el bizcocho de mandarinas confitadas del horno y dejamos que se temple un poco antes de desmoldarlo. Entonces, ponemos el bizcocho sobre una rejilla metálica y esperamos a que se enfríe completamente antes de servirlo.